lunes, 21 de febrero de 2011

Otro día.

Se termina el día. Sensaciones raras en mi cerebro: alegría, malestar, pena, rabia, impotencia, sosiego .... El día no termina bien.

Tengo que tragarme las palabras para no acabar con el encanto, tú nuevamente en mi vida y hablarte es tan hermoso como pensar que estoy volando en una nube directo al sol, tan efímero como el suspirar y respirar nuevamente tu aire (tu presencia, leyendo estas líneas).

Pero no puedo. Te vas y otra vez el espacio en blanco y negro sobre mí, atrapándome.


Y sí, es cierto, te necesito.

Te extraño.

sábado, 19 de febrero de 2011

Regresé.

Después de tanto tiempo regresé al blog, hoy tengo ganas de escribir. Creo que me excedí en las confesiones. No puedo volver atrás ¿Cómo pude permitir que supieras tanto? Supongo que estarás content ahora. Lograste hacerme sentir lo que hacía años no sentía. A ver, dime... ¿Cómo se siente que te quieran tanto? ¿Ser tan importante para alguien? ... ¿Cómo se convive con eso?

... Soy yo la parte que no cierra en esta historia, pero sólo en días como estos. Sábado de madrugada en el que me siento tan sola, tan lejos... Sé que estás bien, que eres feliz, y eso me alivia, me calma, me hace bien... Pero me pregunto cuánto tiempo puedo quererte sin recibir nada a cambio. Sí, lo sé, podría vivir así el resto de mi vida. Y al saber eso, ansío más que nadie que aparezca alguien que me enseñe lo que tú no logras enseñarme: que el amor concreto, real, es posible que sea mutuo. Que se puede esperar a alguien que va a llegar. Que se puede equilibrar lo que se da con lo que se recibe.

Hoy, como dije, sábado de madrugada, me siento algo sola. Y mañana todo volverá a ser como siempre La parte de los daños corre por mi cuenta (sé hacerlo mejor que nadie).